El desarrollo tecnológico realizado en INPROS comenzó en los años 1950.
En aquella época de reconstrucción del conocimiento científico, perdido con motivo de la segunda guerra mundial y condicionado por la guerra fría, existía un movimiento que intentaba preservar dicho conocimiento e impedir las presiones de los gobiernos sobre la ciencia.
En este contexto nació la filosofía de INPROS, consistente en confiar exclusivamente en desarrollos tecnológicos acreditados mediante la fabricación de máquinas que funcionasen. Entre estos desarrollos se encuentra la invención de la válvula de bola (Pat. ES285069 de 1963).
El espíritu fundacional se ha mantenido desde entonces, se han seguido ideas de los grandes de esa época, que compartían que la ciencia estaba equivocada, como Thomas Kuhn o Richard Feynman, quien afirmó que la ciencia tendría que volver sobre sus pasos.
Si hacemos caso a Joel Barker, no es posible volver sobre los pasos de la ciencia desde el paradigma científico, sino que es preciso hacerlo desde fuera. En nuestro caso lo hemos hecho desde la tecnología y este camino nos ha llevado a bifurcaciones en las que la ciencia se equivocó y finalmente hemos acabado en la Biblioteca de Alejandría, antes de volver a recorrer el camino que ahora ofrecemos en forma de tecnología aplicada.
Ofrecemos dos tecnologías verificadas y contrastables que resultan disruptivas actualmente, aunque son indiscutibles desde la lógica de los años cincuenta:
Hemos desarrollado un nuevo modelo físico para comprender el átomo y la astronomía, que es vital para el desarrollo de la primera infancia.